15 de diciembre de 2009

(One) Day Tripper

Jueves 26 de Noviembre de 2009

Habíamos contratado un viaje para hoy: un one-day trip en long tail boat (500 bahts) por algunas de las mejores playas de Phi Phi Don y Phi Phi Lee, además de varias de sus islas colindantes, como Bamboo Island y Mosquito Island. Ayer le preguntamos al tipo por el quorum aproximado que iba a haber en el barco; nos dijo que máximo 15 personas. Eramos 22 (25 contando con la tripulación). Pero aun así estuvo muy bien.

(Publicado por Adrian)

Salimos temprano del hotel. El viaje "incluye" el desayuno, pero suponemos que no va a ser mucho, así que desayunamos antes de llegar. Cogemos unas gafas y unas aletas y nos subimos al barquito, que ya está casi lleno, con todo el mundo sentado y esperando. Así que Adri y yo okupamos la proa: desde luego es el mejor lugar de todos. De camino, nos dan dos minirosquillas, y nos alegramos de haber desayunado. La primera parada: snorkeleamos antes de llegar a Long Beach. Hay muchísimos peces, se acercan demasiado... incluso me muerden! He saltado sin aletas, porque me cogí una del 36 y otra del 39, que se me cae. De todas maneras, el pie donde me hice el esguince no puede con el peso, así que voy cómoda sin ellas. Más adelante, paramos en Rantee Bay, también para hacer snorkel. Desde el barco se ven las playas de la costa este de Phi Phi Don, con sus bungalows y palmeras, y te das cuenta de que es un lugar perfecto. Antes de llegar a Bamboo Island, snorkeleamos y vemos barracudas y gusanos blancos gigantescos. Los anos de los erizos de mar son naranja fluorescente. Al llegar a la arena de Bamboo Island, todos alucinamos: es la playa más bonita que he visto en mi vida. Bamboo es un Parque Natural, así que no hay casi nada. Nos dan arroz con pollo y comemos en un merendero con una pareja que viaja con nosotros. Nos bañamos en el agua transparente y llegamos los últimos al barco.

(Publicado por Cris)

La próxima parada es Mosquito Island, donde buceamos de nuevo con el equipo de snorkel que nos dieron -Cris no puede calzarse las aletas, así que se pincha en un pie con algo parecido a un erizo de mar-; el coral esta tan cerca de la superficie que pide un chaleco salvavidas para snorkelear. Se relaja flotando boca arriba frente al perfil escarpado de la isla. De nuevo todos arriba. Comemos una piña riquísima; también sandía, que nos ofrecen de postre. Recorremos la costa este de Phi Phi Don: me atrae especialmente una de las playas, a la que sólo puede accederse en barco, o en cualquier otro vehículo o dispositivo flotante. Poco después, nos detenemos en Monkey Beach. Un mono avaricioso come maíz robado y observa de reojo a Cris mientras le fotografía. Nos bañamos fugazmente antes de que el segundo de a bordo toque su silbato, llamándonos al barco. Llegamos de nuevo los últimos.

Navegamos hacia Phi Phi Lee, con una espléndida vista de su hermana mayor tras de nosotros. Desde aquí se ve tranquila, no parece guardar el desenfreno que hay en Ton Sai. Pasamos lentamente junto a una caverna relativamente grande y profunda en la parte baja del acantilado de Phi Phi Lee, sobre la mar. Tres o cuatro muchachos recogen huevos de vencejo, que comercializarán con fines medicinales.

(Publicado por Adrian)

Poco después, llegamos a una laguna con aguas más profundas y más fresquitas. Adri salta enseguida y se sumerge en el agua. Saltamos todos. La isla es impresionante. Al llegar a Maya Beach (la playa de Leonardo DiCaprio), está llena de gente. La playa es muy bonita, pero también muy famosa. Buscamos el lugar donde Danny Boyle puso la cámara, y luego nos bañamos. El one-day trip merece mucho la pena. Al volver, el sol se va acercando al horizonte y todo se vuelve naranja. El resto de guiris nos mira con envidia: sin duda, seguimos teniendo el mejor lugar del barco. Llegamos a Phi Phi Don de noche, llegamos al hotel y salimos a cenar.

(Publicado por Cris)

Es nuestra última cena, y decidimos probar un sitio nuevo que nos ha recomendado la pareja andaluza: el Papaya. Tenemos mucha hambre, y hacemos caso omiso de las advertencias de la pareja y de Laura (una española que reparte flyers por 500 bahts al dia en Ton Sai), y nos pedimos dos platos -uno para cada uno-. Podría ser una cena para cinco, pero el curry verde de pollo está increíble, y también lo están los yellow noodles que ha pedido Cris (más tarde, ante la impotencia de nuestros estómagos, nos los llevamos dentro de una caja de corcho). Lo único malo del Papaya es que tardan unos 45 minutos en servir, y que la higiene del lugar es pareja a la de una prisión perdida por Tayikistán. Había incluso, de vez en cuando y según nos contaron, un gato en la nevera.

(Publicado por Adrian)

Voy al baño: atravieso una cortina raída y sucia, paso por encima de un niño dormido en el suelo, descalzo y con los pies negros, y una señora que tiene a remojo pechugas de pollo en un barreño con agua rosa. Buen sabor, pero zero higiene. Al salir, pasamos por un bar que tiene un ring. Un viejecito occidental lucha contra un chavalín y le tumba en un par de minutos. Menudo personaje!

(Publicado por Cris)

11 de diciembre de 2009

El espectáculo

Miércoles 25 de Noviembre de 2009

Nos levantamos tarde otra vez, y salimos para buscar unas playas que quedan lejos, aunque creemos que podemos llegar andando. Nos encontramos con los chicos, que aún no se han ido, y luego buscamos el view point para encontrar el sendero. Nos perdemos varias veces. Preguntando, un chico nos indica que está a una hora, subida más bajada; nos mira los pies y nos dice que no vayamos con chanclas. Plan B: decidimos hacer otra cosa, e ir al día siguiente. Al final, volvimos paseando la playa del primer día, con nuestras gafas de snorkel maluchas (entra agua) y pan bimbo, para poder acercarnos a las rocas y alimentar a los pececillos. La playa es genial y Adri deja de gruñir. Es un día tranquilo; nadamos, hacemos fotos y difrutamos de la playita mientras nos vamos poniendo morenos. Al volver, nos para una mujer en un centro de buceo, para devolvernos las llaves de la habitación (que Adri ha perdido sin percatarse de ello). Cenamos de nuevo en el Cosmic, la pizza Queen es la mejor de todas (150 bahts). Vamos a tomar algo, y por el camino preguntamos en varias tiendas de tatuajes, porque Adri se quiere hacer uno. Acabamos en el Carpe Diem, en un concierto de Job 2 Do.

(Publicado por Cris)

El tío está como una regadera-cuba, y monta un espectáculo digno de verse, arremetiendo gestual y verbalmente contra el garito de al lado, que pone música comercial, y contra los fire shows tan característicos de Phi Phi. Pide 10.000 bahts por entre el público para cerrarlo, sin mucho éxito, y saca a Cris a bailar, entre otras extravagancias (como robar una antorcha del local de al lado). De todos modos, la música es buena, y la noche divertida.

(Publicado por Adrian)

La granja de cangrejos

Martes 24 de Noviembre de 2009

Nos levantamos muy tarde, y algo perjudicados por la borrachera de la noche anterior (al menos yo). Fuimos a buscar algo bueno para desayunar. Descubrimos un par de locales tipo bakery y compramos unos croissants (15 bahts) y unos donuts rellenos (20 bahts) buenísimos, en la calle que lleva al muelle. Nos los comemos dando una vuelta por las callejuelas del interior de Ton Sai. Algunos grandes (para Phi Phi) edificios en construcción y las bambalinas de los tenderetes. Nos perdemos buscando el restaurante Madame, que es donde hemos quedado con ellos (Sergi, Andy, Marcos y un tal James, británico hispanoparlante) para comer. Pero cuando llegamos, ellos comen y nosotros bebemos solo un batido de café (bueno, lo bebo yo) porque acabamos de desayunar.

Al terminar, nos vamos los seis a coger un taxi boat a Rantee Bay (1.300 bahts), y allí nos quedamos unas cuatro horas. Snorkeleamos con nuestras gafas nuevas por los corales, antes de llegar a la playa. Juego al voleibol con los chicos, con un guiri polaco que se une, y con tres thais (entre ellos el barquero) que también quieren practicar este noble deporte con nosotros.

(Publicado por Adrian)

Hay una hamaca increíble donde me tomo un watermelon shake mientras me mezco: parece el paraíso. Después, camino por la playa y me siento a mirar el mar mientras los chicos siguen jugando. Veo a dos pequeños cangrejos ermitaños caminar por la playa y los cojo: uno rojo y otro verde. Al rato, cruzan otros dos, que también atrapo, y hago un recinto, cada vez más hondo. Los cangrejos intentan escapar y son muy graciosos, pero yo tengo un palito con el que los domino. Cuando empieza a anochecer, cogemos de nuevo el barco para volver a Ton Sai, y vemos el atardecer en mitad del mar; precioso!

Entonces se estropea el motor del long tail boat, y el chico thai sonrie: vamos a tardar un poquito más en llegar. Finalmente, y con el motor roto, tiene que remolcarnos un amigo del barquero hasta la playa. Luego, en la habitación, nos arreglamos tranquilamente. En la televisión estan poniendo La hija del general, con las escenas de fumadores y desnudos censuradas. Nos vamos a cenar al Garlic con los chicos, y Laura, que llega un poco más tarde. Después se van al Apache, pero a mí no me apetece mucho y me vuelvo al hotel. Más tarde, salgo a pasear y me meto en un cyber.

(Publicado por Cris)

Mientras tanto, me tomo una Chang con los chicos en el Ibiza, y luego me largo con Sergi a un sitio de Internet que su guest house lleva adosado. Tiene también tienda 24 horas, lavandería y agencia de viajes. Compruebo el correo y la cuenta del banco y me marcho a casa.

(Publicado por Adrian)

9 de diciembre de 2009

El sandwich

Lunes 23 de Noviembre de 2009

Nos levantamos temprano, y nos vienen a buscar a las ocho para llevarnos a Krabi a coger el barco. Viajamos en la popa, con más gente, y nos da el sol y la brisita. En un rato estamos en Phi Phi Don, y en el muelle de Ton Sai nos asaltan para que elijamos alojamiento. Nos decidimos por Garden Inn, una habitación doble con ducha fría, ventilador, y TV, 800 bahts por noche. Cuando llegamos, nos pareció el paraíso: allí no entraban los mosquitos. Y si entraban, podíamos eliminarlos fácilmente.

Comemos en el Garlic, tal como recomienda la guía. Menudo asco de ensalada de papaya! Nos vamos andando hacia Long Beach y llegamos a una playa anterior, más pequeña, y nadamos desde allí. En Long Beach hay más gente y nos gusta menos, así que volvemos a la playa pequeñita. Leemos un poco, tumbados al sol, y nos relajamos. Nos encantan las Phi Phi.

Cuando estamos cenando en el Cosmic (pizza), nos cruzamos con Sergi, y quedamos en vernos luego. Nos presenta a más gente: Andy, Marcos, Oliver y Quique, y charlamos mientras ellos cenan. Luego ellos ya tienen la ruta hecha: después del Garlic van al Apache. Allí, free shots con unos flyers cutrísimos amarillos, y la caipirinha está muy cargada y me dura muuuucho. Después de bailar canciones horteras en la arena, después que Adri salte una comba de fuego, y después de hacernos amigos del grupillo, nos pintamos las caras con pinturas fluorescentes que brillan en la oscuridad, como el resto de guiris. Al volver hacia casa, nos unimos a unos chicos thai tatuadores y a unas ladyboys que cantan y tocan la guitarra en un local.

(Publicado por Cris)

Me comí, borracho, un sandwich fabuloso.

(Publicado por Adrian)

El mono ladrón

Domingo 22 de Noviembre de 2009

Una vez más, y sin saber por qué, decidimos quedarnos otro día en la ciénaga (al principio íbamos a estar solo una noche). Salimos temprano, yo estoy cansada por haber pasado mala noche, pero ya sabemos ir al templo de los monos (tiger cave), así que llegamos, aunque nos volvemos a perder un poco. La subida al templo tiene casi 1300 escalones, y yo me quedo en el 370 o así. Adri sube, y luego me dice que sí que había buenas vistas, pero que es una matada. Así que me alegro de haberme plantado. Mientras, un mono me miraba por encima del hombro cómo escribía. Adri vuelve, y al sacarle una foto a un mono, otro le roba la botella de agua, cuyo tapón desenrosca con facilidad, desparramando el agua por las piedras. Yo le toco la cola a uno que me gruñe... me quedo totalmente quieta a ver si se olvida, que el bicho tiene unos dientecitos bien grandes. Se supone que en tiger cave tienen las cenizas de Buda. Una monja (van de blanco y con el pelo rapado) nos coloca nuestra segunda pulsera -la tercera de Adri-. [...]

(Publicado por Cris)

[...] Señala las dos que yo ya llevo, y me pregunta: "Where?". Después de visitar la cueva, frente a la cual están levantando un templo altísimo, cogemos la moto y nos vamos a ver la cascada de Huay Toh, que está en un Parque Natural muy bello (entrada 100 bahts por cabeza, más 20 bahts por el parking para la moto). Al principio nos vamos a ver otra cascada, por error. Pero disfrutamos de un precioso y tal vez algo arriesgado -por calzar chanclas de playa- paseo por el bosque húmedo tropical, donde vemos un par de árboles que se yerguen eternos hacia el cielo invisible por la hojarasca. Disfrutamos de un íntimo y salvaje chapuzón en una poza chiquitita junto a una cascada respetable. Empieza a oscurecer, pero tras regresar a la zona de acceso al Parque, Cris se percata de que el camino hacia la catarata de Huay Toh está un poco más arriba, así que lo tomamos y rápidamente llegamos a la primera de cuatro piscinas naturales de una hermosura apabullante. Subimos hacia la más alta, que es la que recibe en primer lugar el agua que cae desde un risco de unos 70 metros de altura. Cris trata de evitar que tres chavales thai de unos 14 años le vean las partes pudiendas, mientras ellos tratan de vérselas por todos los medios a su alcance. Me doy un baño y un masaje natural bajo la cascada. Ha de ser breve, porque oscurece rápidamente. Cris se baña también, pero en la piscina de más abajo. Al cambiarse de ropa, los chavales no pierden detalle, desde la distancia. Después nos vamos, llegando a Noppaharat con el anochecer. Resolvemos cenar en el McDonald's (sic) y nos vamos a dormir. Mañana dejamos a Patricia y a Noi, y a Ben y compañía en el Laughing Gecko. Tenemos dos billetes para viajar desde Ao Nang a Koh Phi Phi en barco.

(Publicado por Adrian)

3 de diciembre de 2009

Hong Island

Sábado 21 de Noviembre de 2009

Después de un rato en moto llegamos a Klong Muang, una playa desierta donde alquilamos un barco durante algunas horas para ir a Hong Island (1.300 bahts, o 26 euros). Evidentemente, con tripulación incluida (y agua, y piña!). Poco antes habíamos hablado con más gente para ver si querían compartir embarcación, pero nada. Salimos para allá y tardamos una media hora en llegar.

El paisaje es precioso, se ven todas las islas flotando en el mar, y al sol que hace brillar el agua. En la playa principal de la isla Hong hay gente, pero no demasiada. La arena es fina y el agua turquesa, es muy bonito, aunque está algo turbia para hacer snorkel con las gafas y tubos que nos ha dejado el barquero. Cerca del baño encontramos un lagarto gigantesco, parecido a un dragón de Komodo, que campa a sus anchas pero un poco enfadado con la gente que se le acerca...

Hay restos del tsunami, barcas rotas encalladas y porquerías. Otro dragón nos impide el paso... temporalmente. En el otro lado de la isla hay una laguna preciosa que tiene pequeños manglares a los lados.

Después ponemos rumbo a Klong Muang, donde pagamos al barquero el dinero acordado, y tomamos de nuevo la Honda Click para regresar al chamizo. Nos aseamos entre los mosquitos, geckos, cucas y demás fauna que puebla nuestro hogar en Noppaharat y nos vamos a dar un paseo por la zona de Ao Nang. Allí encontramos a la pareja de belgas a los que habíamos preguntado en Klong Muang si pensaban ir a Hong Island -para así compartir la travesía y su precio-; ella le cuenta a Cris, varias veces y con gran orgullo, que están de viaje de novios, mientras que él (algo borracho después de haberse bebido alguna Singha más de la cuenta en los prostíbulos del backstage de Ao Nang) habla conmigo. O para mí, porque lo hace tanto que apenas me deja meter baza. Nos despedimos y decidimos comprar papaya fresca para tratar de solventar los issues digestivos de Cris. La frutera nos regala un par de lichis, otras dos frutas parecidas a ciruelas, y cuatro bolas duras de esas que chupan los thais de cuando en cuando.

Volvemos a encontrar a los belgas, que se disponen a cenar en un buen restaurante para farang, y nos ofrecen acompañarles. Pero Cris y yo hemos resuelto ya cenar en uno de los puestos de la calle, y declinamos amablemente su invitación. Nos vamos a dormir pronto porque a Cris le duele la barriga y estamos cansados. Discutimos un poco.

(Publicado por Cris & Adrian)

Primer accidente

Viernes 20 de Noviembre de 2009

Cogemos la moto y tras un estupendo desayuno americano nos vamos en busca de un Parque Natural con unos lagos, a unos 45 km. de Krabi. En la carretera número 4, una pick up casi nos tira y Adrian se hiere el pie izquierdo. Paramos y luego buscamos un hospital... sin éxito. Ponemos en el tobillo un poco de hielo, y finalmente decidimos continuar (nada grave!). Llegamos al Parque Nacional tras dos horas de camino, contando las paradas; una de ellas porque se me salta el casco con los baches de la carretera, ya que cierra mal... y porque nos pilla el monzón.

Llegamos justo a tiempo para resguardarnos. Poco después vamos caminando a la "laguna esmeralda" (Emerald Pool). Chispea un poco, el suelo está rojo por la arena mojada y caen riachuelillos de agua mientras pasamos unos árboles, a través de un precioso paisaje. Hay poca gente, debido a la lluvia, y la laguna es preciosa con las gotitas cayendo. En el camino de vuelta nos llueve otro poco y paramos a comer en uno de los bares del Parque. Un niño pequeño me mira tras el pareo mientras me cambio. Cogemos la moto y, por el camino, nos detenemos para dar de comer a un elefante que se llama Troy.

Cené espaguetis bolognesa en un restaurante italiano un poco carillo para lo que es Tailandia.

(Publicado por Cris)

La ciénaga

Jueves 19 de Noviembre de 2009

Una furgo nos lleva a Laughing Gecko por 100 bahts. Allí conocemos a la extraña pareja canadiense-tailandés Patricia y Noi, que nos dan buen rollo. Nos cogemos un bungalow por 350 bahts la noche y alquilamos una moto por 200 bahts al día. La choza nos parece maravillosa: es como la casita de paja del cerdito vago. Con agua fría y mosquitera, no queremos más. Salimos con la moto a dar un paseo y nos quedamos tirados sin gasolina. Por lo visto el marcador lleno-vacío funciona al revés que en España... Una furgo se para a ayudarnos: se llevan a Adri a la gasolinera más cercana que está a dos kilometros y le traen de vuelta. Felices, nos vamos a la playa de Ao Nang a ponernos morenitos, pero al rato nos pilla el monzón, así que nos resguardamos en un resort y tememos por las cosas que hemos dejado en la cabaña... Era el techo de PAJA? :-S Pero al volver, todo está seco, la cabaña, aunque esté en una ciénaga, sigue siendo chula. Para cenar encontramos pocos puestos callejeros y luego vamos a tomar algo al Hippie's, un bar decorado horteramente con globos de cumpleaños y cartulinas recortadas con muñequitos de una posible fiesta anterior de Halloween. Canta un chico en directo bastante bien y en los intermedios hay un espectáculo de fuego. Volvemos a nuestra choza: no tenemos mantas y hay un karaoke cerca... shit!

(Publicado por Cris)

Bendecidos

Miércoles 18 de Noviembre de 2009

Bangkok again. Salimos temprano, dejamos las mochilas en la consigna y andamos hacia el río para coger un barquito. Nos encontramos con una exhibición de thai boxing para el grupo de Samsung que está fraternizando en Bangkok y nos quedamos a verla. El barquito luego nos para en un lugar donde venden pescado seco que huele horrorosamente mal! De ahí caminando al templo donde esta el buda recostado, Wat Pho, hay un par de minutos. Es dorado y gigantesco (46 metros de largo y 15 de alto). Hay bastante turista, pero en los jardines de alrededor se puede pasear tranquilamente. Un tipo nos lía y nos mete en una casita donde hay un monje que nos bendice y nos coloca una pulserita de colores. Por 100 bahts nos dan también unos collares amuleto con budas dorados (que Adri llevará siempre hasta que se le pierda en la playa). Tras Wat Pho cogemos un barco que nos cruza el río para ver otro templo, el Wat Arun. Tiene unas escaleras muy empinadas y me da un poco de vértigo al subir desde que me caí en elmetro. Desde arriba, hay unas bonitas vistas y brisilla, así que merecía la pena subir. Es un templo menos turístico, aunque alquilan ropa típica que te pones y te vas haciendo fotos por ahí. Tiene unos altavoces por donde se escucha la voz de una mujer, una voz horrorosa que no se calla! El tobillo me fastidia un poco, pero estoy feliz de poder andar. Volvemos a cruzar el río y llegamos a Chinatown al bajar en el Memorial Bridge. Chinatown es gigantesco, rojo y lleno de tonterías. Todo son colores y luces, gente... te entran ganas de comprar todo! Comemos en un restaurante chino, tres platos riquísimos y bebidas, todo por 150 bahts. Antes habíamos probado también unos mini huevos fritos en el centro de las callejuelas. Paseamos y cogemos un tuk tuk para volver a Rambuttri. En la agencia de nuestro hotel recogemos las mochilas y andamos siguiendo a una mujer para coger un bus que nos lleve a Krabi. (Bangkok-Krabi en bus 300 bahts). Son las seis de la tarde y decidimos dormir un poco antes de la cena. Mientras, vemos "Alejandro Magno" e intentamos hacer un sudoku... Cenamos como a las 12 (00:00 h.) en un bar de carretera. Allí conocemos a Sergi, un chico catalán que va a Phi Phi y nos cuenta de todo en quince minutos. Estamos KO hasta las 9 a.m., que despertamos en Krabi.

(Publicado por Cris)

30 de noviembre de 2009

Perdidos por Bangkok

Martes 17 de Noviembre de 2009

Adri ya estuvo en Bangkok en Agosto, así que "se conoce el lugar" y vamos en busca del río para ubicarnos y llegar al Grand Palace. Pero después de pasar la zona de los carpinteros, las librerías de novelas rosas, Chinatown y no haber encontrado ni rastro del río en dos horas, decidimos coger un tuk-tuk. Desayunamos y nos separamos, ya que él ya ha visitado el Grand Palace. Yo pago los 350 bahts de entrada y me pierdo por dentro entre sus jardines y edificios dorados. El palacio es muy, muy grande, 218.000 metros cuadrados, bonito pero turístico. Hay bonitas pinturas, esculturas, budas y mucho oro, que me distraen durante dos horas. Hace mucho calor, así que la gente hace cola para ponerse delante de los ventiladores de las salas de exposición de armas. A mí las armas no me interesan, pero aún así me paso allí diez minutos por el fresquito. Voy feliz con mi reflex haciendo retratos a las estatuas y a los guardas inmóviles que parece que posan para mí. Después del Grand Palace me reencuentro con Adri. Paseamos por una zona cercana donde hay chamizos, indigentes, y la gente duerme de cualquier manera en cualquier parte. Encontramos por fin una tienda donde compro dos cuadernos con una tabla de multiplicar incorporada hasta el 25 y un boli rosa. Cogemos un barquito río abajo y luego el skytrain. El skytrain es un medio de transporte chulo, el único lugar con aire acondicionado! Nos lleva rápidamente hasta el centro financiero y de negocios de Bangkok: edificios altos, carteles, luces, tráfico. Se parece bastante a Singapur. Caminamos buscando sushi y nos perdemos de nuevo. Otro tuk-tuk. En la estaci'on de tren de Hua Lam Pong hay un food court donde venden el sushi que buscaba (qué rico!). Preguntamos precios y cogemos otro tuk-tuk para volver a nuestra zona. En un ciber escribimos a las familias para que sepan que seguimos vivos y nos vamos a cenar.

(Publicado por Cris)

Frío en Pekín

Lunes 16 de Noviembre de 2009

Llegamos a las 7 de la mañana al aeropuerto de Pekín. Pasamos mucho, mucho frío durante las casi 6 horas de transbordo, ya que a pesar de ser invierno (y de haber nevado fuera) dentro del edificio ponen el aire acondicionado al máximo. Encontramos un sitio donde no se come mal... Pero este aeropuerto no tiene mucho interés, hay muy poca gente y las tiendas son una porquería, aunque hay una curiosa tienda de juguetes y gadgets que le encantaría a Jose. Nos tomamos un somnífero una hora y media antes de coger el siguiente avión y me quedo KO en la sala de espera. El segundo vuelo se nos pasa enseguida (ni siquiera nos enteramos de cuando pasan con la comida). Llegamos a las 5 de la tarde a Bangkok, hace calor, mucho calor. Cogemos un bus (150 bahts) hacia Khao San, la zona por la que vamos a buscar alojamiento. En la calle Rambuttri encontramos un hotel con (supuesta) agua caliente, 380 bahts la noche en una double room. Salimos a cenar por los puestos baratunis de la calle que a Adri le encantan (noodles, 25 bahts). Esta zona está muy concurrida, está llena de bares, gente y puestecillos que venden comida, ropa y tonterías. Nos tomamos una cervecita (Adri) y un zumo de sandía riquísimo (yo) en un bar y volvemos al hotel reventados del viaje.

(Publicado por Cris)

Comprimidos

Domingo 15 de Noviembre de 2009

Ayer se casó mi madre con Jorge, así que estoy algo cansada y he hecho la maleta un poco mal... Aún tengo un esguince en el tobillo izquierdo que me hice hace una semana y media, cuando me caí por los escalones de piedra del metro de Plaza de España. Lo bueno es que yo nunca tengo resaca ;-) Mi madre y el hijo de Jorge me llevan al aeropuerto a las 11 de la mañana. Allí me encuentro con Adrian que está despidiéndose de su familia. Facturamos y nos vamos a pasar los controles de seguridad. Nos esperan muchísimas horas de viaje (+ o - 25 horas con transbordo). En el avión veo la peli de "Sexo en Nueva York", que es bastante mala y "Madagascar", que me encanta! La comida no está especialmente mala, pero el avión tiene un espacio muy, muy reducido... es de Air China.

(Publicado por Cris)